¿Y decidió inclinarse hacia otro lado?

No, al contrario, decidimos profundizar los estudios. ¡Mí llegamos a la conclusión que las cantidades de antioxidante, en sí, tienen poco que ver. Efectivamente, los seres humanos viven más porque cuentan con una mayor suma de antio-xidantes que pueden protegerlos, es decir tienen el mayor ín-dice neto de defensa antioxidante. Esa protección antioxidan te del cuerpo liega hasta un punto y el propio organismo trata por todos los medios de mantener ese nivel. Si esto puede lo grarse, más allá inclusive del punto en que comienza la despro tección natural que arrastra al envejecimiento, podríamos pro longar la vida.

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